António Guterres
De esta cita de Nueva York no se espera que salga ningún compromiso que suponga un cambio de timón en la trayectoria de las emisiones mundiales, que siguen sin caer de la forma drástica en la que se requiere para dejar el calentamiento en los 1,5 grados, el límite más seguro que ha fijado la ciencia. Lo que se pretende es que la cita de este miércoles en Nueva York pueda suponer un impulso para la cumbre del clima anual que se celebra en diciembre en Dubái, la COP28, que reunirá a los representantes de los casi 200 países que participan en las negociaciones sobre calentamiento global.
En la cita de Dubái se realizará el primer balance oficial del desarrollo del Acuerdo de París, firmado en 2015 en la capital francesa. Aunque ya se sabe que la humanidad no va encaminada al cumplimiento de este tratado en estos momentos, ya que la trayectoria de las emisiones de gases de efecto invernadero llevarán a un calentamiento de unos 2,8 grados, como ha recordado este miércoles Guterres. “Todavía podemos limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados”, ha dicho también.
Pero, para corregir la trayectoria, es básico desenganchar la economía mundial de los combustibles fósiles. “El paso de los combustibles fósiles a las energías renovables está sucediendo, pero llevamos décadas de retraso”, ha añadido. “Debemos recuperar el tiempo perdido”.
Guterres ha pedido a los principales países emisores, “que se han beneficiado más de los combustibles fósiles”, que hagan esfuerzos adicionales para reducir sus gases de efecto invernadero. “Y a los países ricos que apoyen a las economías emergentes para que lo hagan”, ha añadido. Concretamente, Guterres ha recordado que es necesario que los países miembros de la OCDE dejen de usar el carbón (el peor de los combustibles fósiles) en 2030 y el resto de naciones en 2040. Además, se debe poner fin a las ayudas públicas para los combustibles fósiles, que un reciente informe del Fondo Monetario Internacional cifraba en siete billones de dólares solo en 2022 (unos 6,5 billones de euros, el equivalente al 7,1% del PIB global).
El secretario general de la ONU ha pedido también a los países que fijen “ambiciosos objetivos de energía renovable”. En la última reunión del G-20, los países acordaron triplicar la implantación de la energía renovable para 2030. Y en la cumbre de Dubái se espera que se le pueda dar un impulso a ese mismo objetivo. Hacia eso mismo ha apuntado Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, en su intervención en la cumbre organizada por Guterres, donde ha resaltado que la UE se compromete con el objetivo de triplicar la potencia renovable para 2030 y a impulsar que esta sea una meta global.
Guterres también ha pedido este miércoles “justicia climática”. Se ha referido al derecho que tienen a estar “enfadadas” muchas naciones pobres por estar “sufriendo más una crisis climática” de la que no son responsables. También, porque la ayuda financiera que se les prometió no se ha materializado y por el alto endeudamiento que padecen.
La anterior cumbre del clima, celebrada a finales de 2022 en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, se cerró con el compromiso de crear un fondo destinado a las naciones más vulnerables para que puedan hacer frente a las pérdidas y daños que genera y generará el cambio climático. Guterres ha reclamado este miércoles que en la COP28 se ponga en funcionamiento este fondo (algo que centrará una parte de las negociaciones más duras en la cumbre de Dubái). Además, el secretario general ha recordado que los países desarrollados se comprometieron a movilizar 100.000 millones de dólares (unos 93.400 millones de euros) al año en financiación climática para las naciones en desarrollo. Aunque el compromiso era para 2020, todavía no se ha llegado a esa cantidad. Guterres ha pedido también que todos los países estén “cubiertos” por sistemas de alerta temprana para 2027, básicos para evitar tragedias como la de Libia.