Juan López
Con más préstamos e improvisaciones, el gobierno del
PRM-Abinader trata de superar su peor
momento por el que está pasado, en sus cinco años de administración, lo
cual es producto directo de:
1.- El generalizado cuestionamiento por la crisis del
suministro de energía, la pela de
apagones y el aumento de las tarifas eléctricas. 2.- El alto costo de los
principales productos de la canasta familiar básica. 3.- El caos en el tránsito vehicular e
incrementos de los tapones, 4.- La preocupante inseguridad ciudadana y
delincuencias.
5.- Por la opacidad e impunidad sobre varios ruidos por
supuestos actos de corrupción. 6.- La intimación de la JCE contra el PRM por su proselitismo extemporáneo.
Y 7.- Porque la FP y PLD terminaron sus coqueteos con el gobierno y, junto a
importantes organizaciones de la sociedad civil, están reasumiendo su rol de
oposición política.
Simultáneamente con esos acontecimientos, se evidencia
(en medios de comunicación y redes sociales) la percepción negativa e
incredulidad de un amplio sector (clase media urbana) de la población con
respecto al incumplimiento del cambio con las fallidas promesas electorales del
PRM-Abinader, lo cual, erróneamente, se
está respondiendo con aumentos de la
deuda externa e improvisaciones, tratando de detener el deterioro de la
valoración e imagen sociopolítica que le permitió ganar las elecciones de 2024.
El gobierno ha evidenciado incapacidad para enfrentar la
grave crisis del sistema eléctrico, que se refleja en los cotidianos largos
apagones en pueblos y ciudades,
afectando el desenvolvimiento de las
familias, del comercio, de las industrias y del turismo; echando en sacos rotos
cientos de millones de dólares en calidad de subsidio al sistema e improvisando
respuestas con incoherentes subterfugios.
La inflación oficial supera el 3.47 % acumulado, aun
cuando los reales precios de los
principales productos alimentarios de la canasta familiar básica presentan aumentos
continuos por encima del 7 %, lo cual se complica con el aumento de la prima
del dólar que, a la fecha, supera el peso con 63.55, con tendencia a continuar
subiendo.
Para enfrentar la admitida ralentización de la economía
el gobierno improvisa con préstamos de 615 millones de dólares y varios
préstamos más están pautados en el Congreso Nacional. También, mediante una reformulación
del actual presupuesto nacional, vuelve a improvisar al, aumentando el actual
déficit presupuestario incluyendo el 3.7 % del PIB para inversión de capital,
en el poco tiempo que resta al 2025.
Ante los tediosos tapones, aumento de muertos y heridos
por los frecuentes accidentes de tránsitos en calles y carreteras, colocando al
país en primer lugar en esas fúnebres estadísticas, surge el “programa RD se
mueve”, que “prohibiendo doblar a la izquierda” no da “pie con bola” y retoma
su política de improvisaciones: Sustituir el súper anunciado y fracasado
proyecto del “tren metropolitano” con un quimérico “monorriel de Santo Domingo”
porque, supuestamente, será más
económico.
La inseguridad ciudadana y delincuencia social, uno de
los principales problemas que tienen en zozobra a la población, en tanto ponen
en peligro vidas, bienes y el sosiego familiar; el gobierno improvisa la
respuesta mediante “ruedas de prensas todos los lunes”, para divulgar “cifras oficiales
de la reducción del índice de delincuencia, violencia y criminalidad”, que la
realidad cotidiana evidencia todo lo
contrario a esas maquilladas cifras.
La campaña electoral a destiempo y violatoria de las
leyes que, en junio de 2024, patrocinó el presidente Abinader con los
presidenciables del PRM, se le han presentado dos situaciones: A 12 diferentes
funcionarios-presidenciables, ante el abandono de sus responsabilidades el
presidente les publicó un “ultimátum: detienen la campaña electoral o dejan el
cargo”. Como todo siguió igual porque no se hizo ninguna de las dos cosas, la
JCE se vio compelida a tomar decisión contra las crecientes actividades
proselitistas de los funcionarios-presidenciables:
Mediante acto de alguacil, la JCE le dio un plazo de 10
días a todos los funcionarios- presidenciables del PRM para detener sus
actividades electorales, violatorias e incluso realizadas con recursos del
Estado; de lo contrario tomaría las medidas que al respecto disponen las leyes
(33-18 y 20-23) y resoluciones que ha dictado el Pleno de la JCE.
Porque la opacidad e impunidad están callando las cacareadas
transparencias ante los 336 expedientes de supuestos actos de corrupción que
doña Milagros Ortiz, directora de la DIGEIG, ha depositado en la Procuraduría
General y el Ministerio de Administración Pública y los ruidos de otros
posibles actos de corrupción en INABIE, INTRANT y los Ministerios de
Agricultura y Educación, se cayó la prometida lucha contra la corrupción, la
impunidad y la credibilidad social.
Además de todos esos problemas y otros más que afectan la
imagen y valoración del gobierno, también se le agrega que los partidos FP y
PLD están terminado sus aprestos organizativos internos, finiquitaron sus
coqueteos con el gobierno y empezaron a cumplir con sus responsabilidades de
contrapesos políticos con críticas objetivas y propositivas que la población le
está manifestando empatía, por lo cual, el gobierno del PRM-Abinader como
resultados de gestionar más préstamos, improvisaciones y malas ejecutorias está
atravesando por su peor momento social y político.